domingo, 19 de agosto de 2012

La misteriosa banda noinama, imanona, omniana...

Tomado de "selenitas menguantes, licántropos crecientes" (y III), Ediciones Amanuenses, Península Ibérica, otoño 2005.
REqER2
La misteriosa banda noinama,
imanona, omniana...
Nomade
En un país que el tópico dibuja milimetrado sucede lo inimaginable: un choque fortuito entre cuerpos represivos frustra a última hora una importantísima operación, la redada se les va al carajo.
Naturalmente las jaurías chocantes optan por no airear, sus respectivos machos dominantes se gruñen pero no ululan, los gestores de la perrera se las arreglan para que la cagada pase desapercibida.
Al cabo de poco las hipotéticas presas de la redada, sus representantes legales, van teniendo acceso a los papeles. Más o menos iba a caer de entrada cosa de una veintena, de registros se difumina la cuenta porque podría ir en progresión. No se recuerda algo semejante en tiempo, parece como si hubiesen volcado a un solo sumario archivos aparcados durante años.
Los aludidos como personajes de fondo superan el centenar, entre ellos Nomade, un compa de al otro lado de la frontera. Schnauze y Klaue se van a lo de su amigo y le refieren. En principio no parece grave el asunto, total, unos telefonazos, todo tolerable según legislación vigente, "pero cuídate". "Que sí, tranquis, gracias por avisar". (Aquí entre nosotros, eso de avisar no es por desgracia tan normal como se supondría). Pero claro, la cosa no queda aquí.
Han pasado unos meses desde la visita. La capital, un joli mardi de un joli printemps. Salen del edificio Nomade y Griffe, su compañera. Apenas se acercan a la moto acaban con la cara en la acera, alrededor y sobre sus espaldas asfixian y ladran unos energúmenos, inmovilizando.
En el registro del cuchitril donde vive Nomade todo acaba patas arriba, se empeñan en buscar dobles fondos, ferretería, química. Nada. Lo más importante acaba siendo la agenda y unas notas sueltas por aquí y por allá. Se llevan también libros y revistas y buscarán huellas codiciadas. Si no hay ordenata es porque en estos años no es tan común en las casas, aunque seguro que en pleno siglo XXI Nomade seguirá sin tener.
Sueltan a Griffe, no se tiene noticia de más detenidos, parece que la operación sólo atañe a Nomade.
Durante dos días el rostro del grand méchant loup cazado se difunde a todo trapo catódico, impreso y omnipresente. Suponemos que guardan la esperanza de que emerja por algún lado un arrendador, o que un buen ciudadano lo recuerde en las inmediaciones de vete a saber qué o en compañía de o algo así. Los media, o sea, la pasma por voz de los media, que si coordinador del euroterrorismo, que si niño prodigio del crimen político, que si un decenio en activo pasando desapercibido, que si un grupo de expertos intenta descifrar la agenda.
Como no pueden exhibir armas incautadas se dedican al malabarismo acrónimo: Attaque Révolutionnaire, FURA, Avanguardia Comunista Combattente; un círculo, tres estrellas y un subfusil. El rebaño puede dormir en paz, un aplauso a la sicariada, que seguirá alerta. Plas, plas, plas!
Visita de Marie, la abogada. Entre otros asuntos -ni te puedes imaginar lo que te quiere Griffe (mírate este papelito), léete esto, de aquello a ver si...- le pregunta a Nomade por el "Feuerweck". Sí, claro que le suena, resulta que cuando adolescente consiguió suscribirse a esa revista. Mucho de su éxito, todo sea dicho de paso, se debía a los textos de ex e in cursionistas nocturnos y a la sección "artesanía metropolitana antiimperialista", inolvidables los capítulos "cuestión de tiempo" y "la chispa de la vida". La letrada, actas en mano, le va a aclarar a su asistido el misterio de porqué dejó de recibir de golpe tan pedagógica publicación.
Hace aproximadamente diez años, siendo efectivamente Nomade un adolescente, hubo un registro en el bloque okupado tan famoso que ya sabéis de la Wolfstraβe. Mira tú por donde allí moraban unos tales Buchstabe y Gewehr, casualmente editores, directores y únicos redactores del "Feuerweck". Habitualmente cautísimos en cuanto a los datos de envío y de sus suscriptores -propia bofia dixit-, tuvieron los mercenarios que estar atentos al momento oportuno. Entraron tan de sopetón que a los feuerweckers no les dio tiempo a deshacerse prácticamente de nada. En comisaría hubo un examen pormenorizado del botín, con la consecuencia de que a Nomade y otros abonados guiris les abrieron ficha en el archivo de "Contactos Internacionales" de su disidencia autóctona.
En la celda, solo, intenta ponerse en orden las angustias, las esperanzas, los datos.
Cuando oía hablar de montajes siempre pensaba que en realidad los imputados sí habían hecho aquello de lo que les acusaban, o al menos que tenían mucho que ver. Ahora cuánta gente ahí fuera no estará pensando eso mismo de él.
Hablando de la gente de fuera, Griffe... y Klaue y Schnauze y los demás, pobres, a la expectativa, padeciendo por él, probablemente también intrigados por su propia suerte, moviéndose, solidarizándose quizá a riesgo de asomar demasiado. Sí, no le gustaría estar en la piel de los compas, la estarán pasando fatal, en cierto sentido peor que él.
La agenda. En esto confía bastante, no tendría que haber mucho peligro por ahí. Sí, hay agazapados unos pocos nombres y teléfonos y señas en clave. Sin embargo el descodificado es casi aleatorio y con tanto de subjetivo... hay una primera marca que, según cómo, lleva a este criptoanálisis o aquel otro o... ¡cuántas veces se ha hecho él mismo la picha un lío!
Huellas en casa, en libros y revistas, tampoco pueden encontrar de nadie que les interese, si no recuerda mal, aunque le sigue dando miedo que sean capaces de fabricar pruebas físicas, por mucho que diga Marie que no es lo habitual.
Lo del Feuerweck es la hostia. Hay que joderse, pensándose virgencito en control policial y la cagada no vino por los telefonazos transfronterizos de marras, sino diez años antes, ¡cuando todavía no conocía personalmente ni a un compa guiri! Al menos cuando las llamadas era consciente de que casi seguro le estaban grabando. Esa es otra, la manía de que hasta conviene dar el cante por el trabajo legal, que así no se les pasa por la cabeza que puedas estar metido en otras cosas, que se lo piensan antes de meterte algún marrón. Ya se ve, ya...
De la sopa de letras -ARFURAACC-, nada, no tienen ni idea. En su momento hubo unos coqueteos, no pasó de alguna carantoña, pero ni mucho menos como lo pintan, nada que ver, es mero ladrido para los media, aunque sigue sin poder calibrar qué peso tendrá esto en el juicio.
Conclusión objetiva, siempre según Marie: con lo que tienen -o sea, nada- habría de salir absuelto, pero que se haga a la idea de como mínimo una condena simbólica que justifique el año o año y pico que se tirará en prisión preventiva. Son bien poquitos los que osan inoportunar al juez para las investigaciones preliminares, un viejo sátrapa ya consustancial a la judicatura de la République y a su clase política.
Lo que a Nomade le jode del montaje no es aquí la cárcel, ha pensado muy a menudo en ella, básicamente porque si le pasaran factura por lo que de verdad ha hecho podría subir hasta la perpetua y media, valga como total de cuenta hasta ahora, y fijo que los primeros años en aislamiento. Lo que le fastidia es que (modestia aparte) haciéndolo tan bien le hayan enmarronado por cuatro chorradas, que por dar la nota en actividades supuestamente legales haya acabado en un sumario kafkiano.

Dofrí
Enésimo caso de brutalidad policial, perdónenme la redundancia. Aprisa y corriendo se ha convocado a una concentración para ahora mismo. Justo Odófragma, Dofrí, está moviéndose como hormiguita obrera por el eje urbano, en el metro se encuentra con compas que le explican, y con ellos que se va.
También esta vez la rabia estalla, hay cargas, pelotazos, lacrimógenos, coctelazos, destrozos. Dofrí, por así decirlo, vino agregada, no lleva equipamiento adecuado, no le ha dado tiempo a estar al tanto de las salidas ni del material emboscado. Toda la experiencia acumulada no le ha servido esta vez, es una de las detenidas.

Jefatura. En un despacho Dofrí y tres de paisano, de la sección contrainsurgencia. Antes de que digan nada la ciudadana veinteañera, cabreadísima, considera oportuno aclarar que si está ahí porlamanifestaciónnosénada, que sehanequivocadopuedodemostrarquesalíade
tra
baj. Uno de los de atrás, no sabe si el tipo o la tipa, le acaba de dar un empujón, la compa quiere pensar que para impresionar.
El de enfrente grandullón, chulito y risueño, tiene en una mano el documento de identidad de Dofrí, con la otra ha hecho una pelotita de papel arrugado que le tira a la cara. Con sonrisa de medio lado le suelta:
"déjese usté de tonterías, señorita, aquí te trajimos por la que estáis liando los del Likúktirio".El barrio, Zoribodes Plizos, periferia nordeste. Desde hace unos pocos años se hace patente una corriente revolucionaria a través de manifiestos, convocatorias a charlas, a debates, a alguna mani, aparecen pintadas, la radio pirata Urliajtó va emitiendo, discontinua, pero emite, y -dijimos revolucionaria- sabotajes y ataques, sobre todo incendiarios, contra representaciones materiales del Dominio. Quizá recordéis lo del pope, aquello que -"κι ἀλλο!" "κι ἀλλο!"- provocó que desde las paredes simpáticos anónimos pidiesen más. Algunos medios, Ta Ganyísmata a la cabeza de las cabeceras, vienen apuntando al Likúktirio okupado como responsable y promotor del terrorismo callejero en la honrada barriada trabajadora de Zoribodes Plizos, presa del chantaje de los violentos.

-¿Qué, no tienes nada que decir? -insiste el risitas-.
Sabemos que te pasas a menudo. El Dina y el Tade qué, amiguetes tuyos, ¿no?Esto se está poniendo feo. Dofrí tiembla por dentro, pero por suerte no se le nota, consigue aparentar calma, no abre la boca. El otro macho tiene ese jeto de muy hijo de su perro padre que es tan típico del gremio. Se acerca mucho a Dofrí, casi se le pega a la cara, la compa le mantiene la mirada. El chucho le gruñe bajito que saben quiénes están tras los atentados, pero que van a hacer una barrida general. Primero porque a él le sale de los cojones, y segundo, porque con lo que tienen legalmente les es más sencillo eso que no pinzar a los tres o cuatro que tendrían que comerse todo lo que va pasando en el barrio y que son los que van a llevar a la ruina a gente que no tiene nada que ver.
La compa, por ética e inteligencia, sigue sin picar. Se recuerda a sí misma lo impepinable: si de verdad tienen y saben tanto, qué quieren de ella, por qué preguntan, qué hace ahí...
El risueño vuelve a la carga, que espera que a Anzos y Luludi no se les vaya a ocurrir tener un crío, porque dentro de nada van a estar entre rejas. A Dofrí se le ha escapado una mueca. Mierda, ojalá no lo hayan notado.
Pero sí. La tipa, que en ningún momento ha apartado los ojos de la cazada, husmea que la parejita esa quizá sea buen recurso para el chantaje emocional, quizá la tal Luludi está embarazada o ya tiene un nene pequeño. Antes de hablar le posa a Dofrí un brazo sobre los hombros, la compa intenta perder la mirada por la parte alta de la pared de enfrente.

Al día siguiente por la tarde los detenidos por los disturbios van pasando ante el juez. Más o menos lo esperable: un par a prisión, otros a la calle con cargos, algunos de los cuales tendrán que pagar rescate para salir. Nuestra Dofrí ha tenido el tiempo justo de pegarse una ducha, pasarse por casa de los viejos a tranquilizarles y ahora está en el círculo con su gente. Con la tontería a punto de cenar a las doce. Como están A, A y A a los fogones del Likúktirio, hoy toca exclusivamente vegana. Dofrí, entre la alegría y el vinacho, destila una locuacidad simpática. Está explicando, intenta ser lo más objetiva posible, ponderar aciertos y cagadas:
-igual tenía que haberlo negado -se refiere a lo de que frecuentaba el local-, pero lo de estarme calladita fue lo mejor, a la larga no fue mal. Yo creo que me vieron así, cara cría y poquita cosa y calcularon que con una ráfaga rápida me tendrían. Lo del Dina y el Tade -por cierto aquí presentes, todo ojos y orejas- y que si me pasaba por acá me acojonó viva, pero cuando lo de Anzos y Luludi fue la rehostia en bicicleta -carcajada-. A partir de ahí lo pillé. ¿Cuánto hace que rompieron? ¿Cómo iba a estar ese par de hippies en peligro? Entonces caí en la cuenta: sólo mencionaban a gente que ya habían pillado alguna vez. Bueno, aunque no recordaba que Luludi...
-No, Luludi le ingresó la fianza a Anzos, igual por eso sabían que eran pareja, o se lo imaginaron -
puntualiza un barbudo treintañero.
-Ya, pero cómo sabían que te pasabas por aquí -inquiere intrigado Tade.
El barbas: Pues igual sí que nos van echando vistazos, u os han visto juntos en alguna mani.
-O algo más sencillo -intenta zanjar Dofrí-: la papela. Si te pillan en un cristo y eres del barrio hay un montón de probabilidades de que te pases por aquí, yo creo que sólo probaron a ver y cuando vieron cómo reaccioné intentaron seguir tirando del hilo.
Pasadas horas de cháchara, memoria rabiosa y algunas risas, concluyen que no son objetivo primordial de la pasma, por ahora. Por ahora, pero tendrán que plantearse según qué cosas y cómo. Todos. Los que son, los que están, los que intuyen.

Unos días después, a cientos de kilómetros, han tenido referencia detallada de lo ocurrido y lo discuten como ejemplo. Con una media de edad algo más baja que la de sus compas meridionales, aquí se debate sobre la dependencia del espacio físico, la referencia abierta, itinerar, pistas falsas, códigos de comunicación, imaginación y firma, anonimato e imaginación, de todo un arsenal de capacidades a realizar según circunstancias y apetencias.

la escurridiza banda annomia, imonana, O.N.A.M.I.N.A., mionana, amonina, noniama...

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