sábado, 24 de noviembre de 2012

Crónica de la huelga general en Barcelona en primera persona



Como ya es tradicional los primeros piquetes estuvieron activos desde primera hora de la noche sobretodo en sectores industriales, el mercado central y transportes. Ya de madrugada se informaban cortes de carreteras en diversos puntos y accesos a Barcelona, además de bloqueos en el servicio de tranvías.
Por la mañana varios piquetes de barrio se mantuvieron combativos para visibilizar los motivos de la huelga y señalar a los esquiroles de turno. Desde estudiantes y feministas hasta afectados por los desahucios junto con otros huelguistas se hicieron pintadas y dañaron bancos, cortaron calles, repartieron volantes, cerraron comercios por la fuerza, expropiaron alimentos de un supermercado para repartir y ocuparon alguna que otra sede bancaria para exigir la paralización de los desahucios. En todo momento la policía estuvo cerca hostigando y en algún caso requisando material y deteniendo a alguna persona. Alrededor de las 14:00 bastante gente se reunió en el piquete central de Barcelona que transcurrió en la misma tónica hasta que un policía de paisano que iba en el piquete fue desenmascarado y tuvo que ser rescatado por sus compañeros blandiendo sus porras extensibles para intimidar a los que querían darle lo que merecía.
Por la tarde había convocada la manifestación alternativa a los sindicatos mayoritarios amarillos. Estaba convocada por un conjunto de colectivos y gente heterogénea, tanto en métodos como en objetivos. Desde sindicatos minoritarios como CGT, CNT, IAC o COS hasta movimientos sociales, plataformas de distinto pelaje y grupos e  individualidades anarquistas y anticapitalistas. Durante hora y media la mani transcurrió tranquila, vigilada por los perros guardianes del Estado, con pintadas, algún daño menor a entidades bancarias y gritos de consignas. Al llegar a Fomento del Trabajo terminó la mani y la gente permaneció durante una media hora allí. Había antidisturbios y secretas de los Mossos alrededor de buena parte de la mani, pero demasiada gente para controlarlo todo. Algunxs lanzaban objetos contra los Mossos, otros charlaban y otros le pegaban fuego a los coches de Policía Nacional que había delante de la Jefatura Superior de Policía. Al rato de empezar a arder tres coches de la policía empezó la carga y la mani se disolvió juntándose algunos grupos de encapuchadxs que rompían algunos comercios de multinacionales, bancos y el Palau de la Música. En este momento pude ver a algunxs manifestantes que delataban a encapuchadxs, dirigiéndose a los secretas. Esta actitud no contestada con contundencia por la rapidez y peligro del momento merece capítulo a parte.
Estrategias políticas disociadas
De unos años para aquí existe una permanente atribución de los disturbios a infiltrados policiales, como estrategia de descrédito y de aislamiento de lxs compañerxs que ven la guerrilla urbana como una parte inevitable de la lucha. Ya sabemos que la poli se infiltra, lo vimos por la mañana y lo hemos visto otras veces, pero no todos los que causan destrozos son polis. Creerse eso es infantil, es negar la realidad de forma interesada. Desde mi punto de vista creo más bien que se trata de una estrategia política de determinados colectivos. Una estrategia que trata de sumar cada vez más cantidad de individuos movilizados con la idea de que llegue un día en que serán tantos que el poder tendrá que capitular. Para ello ven necesario dar una imagen controlada de cara a la opinión pública para atraer a más gente a sus filas. Una opinión pública que en la sociedad de masas que habitamos está constituida por los medios propagandísticos del poder, con lo que implica dar una imagen pública de lo que al poder le interesa promover. Pero desacreditar la resistencia y el ataque activos a las instituciones del poder instituido es suscitar el desánimo, el victimismo y la cosificación de nuestras vidas (puesto que nos coloca a nuestros propios ojos como objetos que el poder manipula y gestiona sin capacidad de acción). Ese continuo desacreditar estas acciones (al día siguiente de la huelga ya era posible escuchar algún sindicalista de CGT atribuir todos los destrozos a infiltrados) fomenta la actitud rastrera de los delatores y los chivatos, para más tarde manifestarse por la libertad de lxs detenidxs. Supongo que serán lxs detenidxs inocentes… Un gran ejemplo de lo que entienden por libertad algunxs. Si esto no es una actitud disociada…; llamar a la huelga general para que se sume todo el mundo, señalar a los vándalos como infiltrados promoviendo su detención y después pedir la puesta en libertad de lxs detenidxs.
El doble juego de llamar al levantamiento popular y criticar luego la acción directa de expresión de la rabia plasmada en sus bancos, sus inmobiliarias, sus escaparates de moda autoritaria, sus comisarías, sus instituciones de recaudación de impuestos, sus cárceles, etc, se vuelve siempre en contra de lxs que luchamos por la libertad sin precios a convenir.
La poli está para lo que está
En este orden de cosas no me extrañaría demasiado que a algunxs les pareciese excesivo o inoportuno el hecho de quemar coches de la poli puesto que ‘no son nuestros enemigos prioritarios’. Éstxs es posible que no recuerden quien hace cumplir finalmente por la fuerza física las órdenes de los desahucios o de los servicios mínimos que dicta el Estado o de quien te graba, te golpea y te detiene en las manifestaciones o en las acciones directas de cualquier tipo (acampadas como las del 15M, concentraciones para denunciar abusos laborales o el papel de los bancos en la dictadura de la economía, okupaciones, etc) o quien cumple una orden de busca y captura cuando no acudes al juzgado o quien vigila y hostiga a lxs que se oponen con sus formas de vida al capital…
Quizás no serán nuestros objetivos prioritarios, pero por algún lado empezaremos y que mejor forma de cuestionar la autoridad que enfrentarse a los que ejercen con armas el monopolio de la violencia. ¡¡Que se acabe ese monopolio!!
La represión
El balance de detenidxs en Barcelona fue de 28 personas, 17 de las cuales ya están en libertad pendientes de declarar ante el juez y el resto pendientes de pasar a disposición judicial acusadxs por delitos de atentado, desórdenes públicos, coacciones y contra la administración pública. Al día siguiente se realizaron concentraciones por la libertad de lxs detenidxs. La tónica es la misma que lo que he comentado más arriba. Mientras algunxs parecen más empeñadxs en pedir dimisiones como la del Conseller de Interior o pedir que la poli lleve el número de placa visible para poder denunciar sus abusos, otrxs elevan más su grito por la solidaridad con lxs detenidxs. Como decía es cuestión de prioridades y estrategias.
Por otro lado, muchas otras personas resultaron heridas durante el día de la huelga, entre ellas una mujer que hubo se ser intervenida por el enésimo pelotazo de goma en el ojo y que quedará ciega de ese ojo.
Desde las calles de Barcelona

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